miércoles, 10 de diciembre de 2008

Muerte en imágenes

Desde las 9 de la noche (hora local) se está emitiendo a través de la cadena británica Sky Real lives un documental donde se nos muestra la muerte de una persona. Un ser humano de carne y hueso que quiere morir para no hacer sufrir a los que le rodean, a su familia. Antes de verse incapacitado decide marcharse a Suiza para terminar la vida.

En torno a este asunto se ha generado un debate increíble no sólo desde un punto de vista moral, al que más tarde haremos referencia, sino también un debate audiovisual en lo que respecta a si la decisión de emitir el video es adecuada o no. En fin cuanta hipocresía ¿no?.

Emitir un documental que está hecho de manera profesional -no es un video gore lleno de visceras y deshonroso para la persona- genera un revuelo tremendo porque se habla de la muerte y se cuestionan desde los valores morales hasta la ética periodísta. ¿Qué derecho tiene una cadena a publicar la muerte, algo privado, de un hombre?. Pues para aquellos que no lo sepan, el mismo que tiene de emitir imágenes cada vez más cruentas de guerras, con niños ensangrentados, llorando y corriendo en busca de un lugar mejor, el mismo que permite que entidades públicas nos demuestren como muere una persona en la carretera; el mismo, en definitiva que marca el criterio y el interés informativo.

La única diferencia es que esto es más real, es una historia de coraje, de valor y de muerte contada en primera persona. Es una historia que produce llagas en la sociedad porque unos cuantos puritanos deciden que la eutanasia está mal, que es algo aberrante. El derecho a la vida está por encima de todo. Sin embargo, para disfrutar de ese derecho hay que saber que se está vivo, sentir que la vida fluye por tus venas, no ver como te vas apagando como el fuego de una vela que se queda sin oxígeno, sin poder hacer nada, sólo dejarte morir y hacer sufrir a tus seres queridos.

¿Por qué es tan mala la eutanasia?, porque en último extremo intenta controlar algo que desde los sectores más moralistas de la sociedad se ve como algo irremediablemente incontrolable. La muerte llega cuando llega dirán, pero ¿y si esa muerte llega cuando ya la vida, la de verdad se ha ido?. Pues entonces hay que esperar, sufrir, aguantar el dolor estoicamente y creer en Dios, ¡ja!.

En qué Dios, en aquel que deja morir de hambre a miles de personas todos lo días o al que pagamos por ver cada jornada en las iglesias. En fin todo hipocresia.

Que la muerte se vea en una pantalla, no debería armar tanto revuelo; ya estamos acostumbrados a verla, en peliculas, telediarios... y no nos causa tanta rareza. Entonces, la muerte en imágenes del señor Ewert, es únicamente eso un vídeo más.

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